viernes, 22 de mayo de 2009

Calor

Arboles

Quizá fue la melancolía la que te hizo aventurar. El otoño siempre deja caer hojas, la hoja… el problema es si cae en agua o tierra, o simplemente aguanta hasta el final, soportando heladas. Hasta que un soplo de viento, tenue y frágil, para en ella y se la lleva a pocos metros de distancia. Lo justo para que en su último momento, antes de tocar fondo, pueda ver desde una nueva perspectiva el árbol que le ha cobijado hasta entonces, mirándolo con tristeza… ¿o alegría?

Pero esto no puede ser así. Los brotes surgen en primavera. A mi no me engañas. Tú tenias vértigo, yo estaba renaciendo… no te agarres a mi la próxima vez, por favor.

Nunca me ha gustado el frío.

Vida

3 comentarios:

Fuentes Rivero dijo...

Siempre me gustó una frase de Cernuda que venía a afirmar que la prueba de la inexistencia de Dios residía en las hojas secas tiradas en el suelo.

Tal vez por eso me guste el otoño.

Andrea Martín dijo...

Todo tiene su porqué.

Y el frío duele, pero suele servir para enseñarnos a crecer..
Ya tu sabes!

Irina. dijo...

Ay, niña! Ya sabes que los árboles en invierno permanecen en silencio. Los brotes que les salen en primavera son brotes nuevos, las hojas caídas se transforman en hojarasca y sirven para abonar las plantas y alimentar el fuego. Así es la vida! Te deseo muchos brotes en tu árbol nuevo.

Mil besos!!