jueves, 18 de agosto de 2011

Eternidad

El eterno ídolo, Auguste Rodin

Se juran amor eterno. Le acaricia con ternura, suavemente, recorriendo la sinuosidad de su cuerpo, deslizando la mano por su vientre, sus senos, se detiene en su rostro. Ella sonríe y se deja hacer.
Con una mirada, recorre el cuerpo entero.
- Belleza, le dice.
Y una lágrima cae sobre la almohada.
Él la abraza. La protege, le aprieta contra su pecho, cierra los ojos.
- Cariño.
- Vida.
Dos lágrimas más.
- Lo único en lo que creo
Un gemido.
- Lo único que puedo querer
Un llanto.
- Lo imposible de olvidar
Un sollozo
- Te quiero.
Silencio.

Ojalá el tiempo se parase. Le besa. Besa como nunca antes había besado. Besa con amor, con pasión. Y en un beso se funde todo: gritos, susurros, verguenzas, sonrisas, risas, lágrimas, palabras de amor, y amor. Amor.

Vida

miércoles, 20 de abril de 2011

Sabor

Tan sólo queda disfrutar. Saborear el tiempo, jugar con él, amar con él. Porque no somos conscientes de lo que podemos perder, y antes que añorar, es mejor recordar.
Porque como te despistes te olvidas de sentir... o de lo que sentías. De la textura de una caricia, el placer de una sonrisa, el susurro de una mirada.
Porque después sólo quedan los llantos y malos recuerdos

Es difícil. Es difícil luchar contra algo que sabes que tiene un fin seguro.

sábado, 2 de abril de 2011

Se querían

Se querían.

Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

La destrucción o el amor, Vicente Alexaindre.

Lo tuvimos todo, llegamos a ser uno. ¿Qué fue lo que se rompió?

jueves, 17 de marzo de 2011

Miedo

De volver y no encontrarme nada. De haberlo perdido todo, de olvidarme de mí.