miércoles, 11 de febrero de 2009

Arco Iris

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin desesperarse
sin convocar a la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavía existe
se vuelve un arco iris

Mario Benedetti

Me puede. Benedetti me absorbe. Aquí os dejo con este pedazo de poeta.

Vida

martes, 3 de febrero de 2009

Dulce abismo

¡Espiritus, venid! ¡Venid a mi, puesto que presidís los pensamientos de una muerte!
¡Arrancadme mi sexo y llenadme del todo, de pies a la cabeza,
con la más espantosa crueldad! ¡Que se adense mi sangre,
que se bloqueen todas las puertas al remordimiento!
¡Que no vengan a mi mis contritos sentimientos naturales
a perturbar mi propósito cruel, o a poner tregua
a su realización! ¡Venid, hasta mis pechos de mujer
y transformad mi leche en hiel, espíritus de la muerte
que por doquiera estais -esencias invisibles- al acecho
de que Naturaleza se destruya!
Ven, noche espesa, ven,
y ponte el humo lóbrego de los infiernos
para que mi ávido cuchillo no vea sus heridas,
ni por el manto de tinieblas pueda el cielo asomarse
gritando: <<¡basta, basta!>>

Fragmento pronunciado por Lady Macbeth, William Shakespeare



Déjame. Déjame en paz, porque no vas a conseguir nada.

Olvídame. Ya basta de rivalidades. Hemos echado un pulso, y todavía no ha ganado nadie...
Mi camino es mío. Y no me vas a mover. No lo vas a conseguir.
Porque acabo de llegar a un dulce abismo, y tú no te vas a meter en él.


Ayer moría y hoy resucito, ayer ganaban los lamentos, y hoy salen a la calle las sonrisas.
Y, ¿sabes qué? Ellas han ganado. No pienso retenerme.

Porque allí, he encontrado mi parte olvidada. Porque me atrae, porque le adoro, porque me suspira día a día con un leve susurro… porque me confunden.

Porque empieza la guerra. Y todavía queda mucho para perder.


[Muerte por Vida]
(Foto extraida de la película Caótica Ana)